Estamos en la época del año en la que nacen más fotógrafos y no se debe a ningún fenómeno cíclico extraño que afecta al comportamiento humano, simplemente nos vemos empujados a consumir de una manera desproporcionada y las cámaras fotográficas son uno de los artículos preferidos tanto para regalar a alguien como a nosotros mismos. El problema surge cuando lo hacemos obviando que la fotografía puede ser una empresa de proporciones gigantescas que acabe por superarnos al poco tiempo de empezar. Hay demasiada gente frustrada que acaba por dejar la cámara guardada en el armario por eso me propongo compartir unas pequeñas pautas para que nuestra entrada en la fotografía no sea solo una moda pasajera.
La cámara
Tanto si te propones empezar desde abajo como si tienes experiencia previa con cámaras DSLR o compactas el escollo más difícil de superar es el de la elección de la cámara. Ignorando las catalogaciones propias que cada firma impone a sus cámaras yo voy a dividir la oferta de cámaras en tres sectores: iniciación, nivel medio y profesional. Yo, personalmente, no creo en las cámaras de nivel iniciación, es un sector que desecharía porque antes o después vamos a echar en falta en falta funciones que tienen las cámaras de nivel medio y vamos a tener que hacernos con una, habiendo tirado el dinero por la primera cámara, más teniendo en cuenta que la diferencia de precios en estos dos sectores no es muy grande. El sector profesional queda, por supuesto, para los profesionales pero también para los usuarios avanzados que se pueden permitir invertir una importante suma de dinero en un cuerpo grande con unas prestaciones impresionante pero que seguramente no aproveche plenamente porque no las necesite realmente. El sector medio es el que a la larga acumula mayor número de usuarios y un gran porcentaje de ellos se queda ahí porque no necesita más.
Si ya tenemos un buen arsenal de objetivos compatibles lo mejor será hacerse con el cuerpo solo, en caso contrario tenemos dos opciones: buscar un kit con un par de objetivos que cubran unas focales interesantes para empezar o bien, si tenemos muy claro que tipo de fotografía vamos a realizar, comprar el cuerpo solo y los objetivos concretos que necesitemos a parte. En pocas palabras, si no vas a realizar un trabajo profesional, empieza con una cámara intermedia, olvida el sector iniciación. Si estás dudando si entrar o no en el mundo de las DSLR y por eso piensas en una muy básica el consejo es que no pierdas ni el tiempo ni el dinero, ve a por una buena compacta.
Los primeros pasos
Ya tienes la cámara y un buen agujero en el bolsillo, nadie dijo que fuese barato. El siguiente paso es, lamentablemente, seguir comprando porque hay unosaccesorios imprescindibles que debes tener. Muchos entran en la fotografía empujados por la afición de amigos o familiares y aquí surge uno de los problemas más recurrentes y más propicios para el pronto abandono de la fotografía: la comparación injusta. La fotografía no es barata, lo hemos dicho, pero tampoco es fácil, no podemos pretender comprar una DSLR y por el mero hecho de disparar con ella obtener unas fotografías impresionantes, craso error y más si comparamos nuestros resultados con el de gente que ya tiene una dilatada experiencia en la materia.
El ojo debe ser educado en la fotografía y a menos que hayas nacido con una habilidad y una intuición especial para ello vas a necesitar tiempo y esfuerzo en conseguirlo, pero lo acabarás consiguiendo, te lo puedo asegurar. Paciencia es una bonita palabra que puede resumir a la perfección esta sección, paciencia en la consecución de los objetivos y perspectiva también porque, repito, no pretendas hacer las mismas fotografías recién llegado a este mundo que tu amigo el que lleva 5 años disparando. Si te lo tomas con calma lograrás motivarte con tu evolución y será más difícil que puedas frustrarte y abandonar.
Formación
Parte vital de cualquier empresa que comencemos, la formación no puede faltar tampoco en la fotografía y ésta no tiene por qué ser reglada para que resulte eficaz. La lectura continuada de libros, revistas, foros y blogs de fotografía es una forma extremadamente amena y rápida de formarnos. Fotografiar es la mejor manera de aprender fotografía, equivocarse es necesario para aprender pero podemos vitaminar o potenciar ese aprendizaje leyendo mucho material, compartiendo experiencias y fotografías con otros fotógrafos, asistiendo a talleres…lo único que no podemos permitirnos es caer en la apatía y la dejadez. Si dejamos la cámara en el armario y solo nos dedicamos a leer no vamos a evolucionar nada.
Aquí lo dejo, tres fotografías, tres claves para que ahora que estás empezando en este fascinante mundo veas el proceso con perspectiva y puedas vencer a la frustración si ésta se atreve a hacer acto de presencia. No abandones la fotografía porque ella no lo haría.
0 COMENTARIOS:
Publicar un comentario
DEJA TU COMENTARIO